NUESTRA HERMANDAD Y LA CASA DE ALBA

NUESTRA HERMANDAD Y LA CASA DE ALBA

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D. Ramón Cañizares Japón, prestigioso investigador de la historia de las cofradías de Sevilla y archivero de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, nos ha enviado recientemente esta noticia que ha encontrado en la Hemeroteca del Diario ABC y que aporta datos muy interesantes sobre la relación entre nuestra Hermandad y la Casa Ducal en el siglo pasado, ya que documenta la primera visita oficial a Olivares de la entonces Duquesa de Montoro y actual Duquesa de Alba, invitada por la Hermandad para la jura del cargo de Camarera de Honor de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad. Se trata de una crónica, publicada en la sección «Ecos de Sociedad» bajo el título de «Visita Noble», que relata la visita que realizaron a la Villa de Olivares el día 30 de abril de 1.948 los entonces Excelentísimos Señores Duques de Montoro, D. Pedro Luis Martínez de Irujo y Artazcoz y Dª Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, quienes habían contraído matrimonio en la Catedral de Sevilla el 12 de octubre de 1.947. El texto de la noticia, que aparece en la edición del domingo 2 de mayo de 1.948, es el siguiente:

«A las seis de la tarde del día 30 próximo pasado, previa invitación por la Hermandad de la Soledad de Olivares (Sevilla), giraron visita los excelentísimos señores duques de Montoso, acompañados por D. Armando Soto Ibarra, a fin de jurar los cargos que en dicha Hermandad ostentan de Hermano Mayor Honorario ,camarera de honor y hermano honorario respectivamente. En la puerta de la iglesia parroquial fueron recibidos los ilustres visitantes por el señor cura párroco, señor alcalde, comandante de puesto de la guardia civil, Junta de Gobierno de la Hermandad y numeroso público. Después de visitar el Sagrario, pasaron a la capilla de Nuestra Señora de la Soledad a la jura de los cargos, cantándose al final de la ceremonia solemne Salve a la Santísima Virgen. Detenidamente admiraron una vez más las preciadas obras de arte del templo, retablos, imágenes, cuadros, panteón de sus antepasados, etc., y después de ser obsequiada la excelentísima señora duquesa con un ramo de claveles, acompañados por la Hermandad visitaron la capilla de la Santa Vera-Cruz, desde donde, seguidamente, entre aplausos, partieron a visitar sus posesiones en el campo. Olivares vivió unos instantes de alegría y se honró al tener tan distinguida visita, muy especialmente la Hermandad, quien no encuentra palabras para tan grande agradecimiento y se encuentra orgullosísima al tener entre sus cofrades a tan nobilísimos señores.-R.»

Ver noticia ABC de 1948

LA SAETA FLAMENCA

LA SAETA FLAMENCA

Desconocemos su origen y aunque podríamos decir que proviene de los cantos cristianos no podemos descartar una descendencia judía o árabe.

Podríamos denominar a este cante como copla cantada en semana santa para expresar el sentir del pueblo. Se interpreta al paso de las procesiones y se entonan desde el balcón o la calle cuando las imágenes se acercan al Cantaor. Su interpretación es generalmente improvisada y sin acompañamiento con una melodía de ejecución libre, llena de lirismo y de influencia árabe. Exigen conocer el estilo del cante jondo propio de la tradición musical del flamenco.

Las primeras saetas flamencas las podemos situar hacia el año 1880 aproximadamente, coincidiendo con la aparición de los primeros cantaores considerados como flamencos aparecidos en Cádiz, Jerez y Sevilla. Llega al mundo del flamenco a través de la Siguriya y de las Tonás, así como de todos los estilos que se derivan de estos cantes.

A Manuel Centeno se le considera como el creador de la Saeta flamenca, también se piensa que uno de los primeros intérpretes fuese Enrique el Mellizo. A lo largo de la historia han existido numerosos cantaores flamencos que han destacado notablemente en el cante por saetas. Es mi intención rendir homenaje a algunos de los mas importantes dando a conocer sus datos biográficos mas destacados.

0155MANUEL CENTENO. Nombre artístico de Manuel Jiménez Centeno. Sevilla, 1885-Cartagena (Murcia), 1961. Cantaor, matador de novillos, actor y tenor de zarzuela. De 1907 a 1912 estuvo dedicado al toreo, afición que sintió por influencia familiar. Abandonó la profesión taurina tras recibir dos cornadas, una de ellas en Sevilla, dedicándose, según él por necesidad perentoria de ganarse la vida de alguna manera, al cante flamenco, interviniendo en fiestas y reuniones de cabales.

Al destacar por saetas, a partir de 1922, se convirtió en el saetero más solicitado de su ciudad natal, para cantar en los balcones durante los desfiles procesionales de la Semana Santa. Concursa en la Copa Pavón, del teatro del mismo nombre, y se alza ganador del citado trofeo, en competencia con Manuel Vallejo y otras figuras destacadas de su tiempo. Su trayectoria artística sigue su curso en giras con distintos elencos, compañías de comedias, incluso de zarzuela, grabando discos y siendo cada primavera el intérprete de saetas más cotizado en Sevilla. Estando actuando, en 1961, en el Cine Mery de La Unión, el día 12 de agosto, se sintió indispuesto, siendo trasladado a un hospital de Cartagena, donde falleció.

0156LA NIÑA DE LOS PEINES. Nombre artístico de Pastora Pavón Cruz, originado en sus comienzos artísticos por cantar la copla de tangos que empieza diciendo «Péinate tú con mis peines … ». Sevilla, 1890-1969. Cantaora. Hermana de Tomás y Arturo Pavón y casada con Pepe Pinto. Se inició actuando en la llamada Taberna de Ceferino, en su ciudad natal, pasando después a Madrid y Bilbao, donde permaneció una larga temporada. De nuevo en Sevilla, formó parte de diversos elencos de los cafés cantantes, así como en los de Málaga y otras ciudades andaluzas.

Terminada la guerra civil, retorna a estos espectáculos itinerantes, alternando principalmente con Canalejas de Puerto Real y El Sevillano, en los años 1939 y 1940. Se retira durante unos años, reapareciendo en 1949, en compañía de su marido, con el espectáculo España y su cantaora, que se estrena en Sevilla, con excelente acogida crítica. Después de una larga enfermedad, y padeciendo enajenación mental a causa de una aguda afección de arteriosclerosis, falleció el 26 de noviembre de 1969, veinte días más tarde que su esposo.

Considerada la más completa y destacada cantaora de toda una época, fue amiga de Manuel de Falla y Federico García Lorca. Deja registrada una gran gama de estilos desde las sevillanas a las saetas.

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MANUEL VALLEJO.
Nombre artístico de Manuel Jiménez Martínez de Pinillo. Sevilla, 1891-1960. Cantaor, Se inició en su ciudad natal, actuando en reuniones privadas y en los cafés cantantes de la época. Su popularidad la alcanzó a lo largo de los años veinte y treinta, en los que realizó numerosísimas grabaciones discográficas y formó parte de muchos espectáculos en giras por toda la geografía española. En 1925, obtiene la Copa Pavón, en un concurso organizado por el teatro madrileño del mismo nombre, siendo jurado don Antonio Chacón. Al año siguiente, 1926, le conceden de manos de Manuel Torre, la Llave de Oro del Cante.

Vallejo tiene su voz registrada en más de 130 placas, sus primeras grabaciones las realizó en 1922 y las últimas en 1950. Como saetero podemos considerarlo de los mejores de su época, grabó más de 25, cifra no superada en placas por ningún cantaor de su tiempo. En el cante por seguiriya, grabó mas de 20, siendo el cantaor que más dio a conocer el estilo de «Manuel Molina». En el cante por Granaina, junto a D. Antonio Chacón, fue su máximo exponente.
Manuel Vallejo, sin duda alguna, podemos considerarlo como uno de los cantaores más grandes de la historia del Flamenco Andaluz.

Vallejo nos dejó un 7 de Agosto de 1960, pero su voz estará entre los buenos aficionados por su extensa y rica discografía.

Bibliografía:

Manuel Vallejo: Vida y Obra de una leyenda del Flamenco
La niña de los Peines en la Casa de los Pavón
El Arte de vivir el Flamenco
Flamenco-world

Fernando García

ROGELIO BARRERA «EL RUISEÑOR DE HUEVAR»

ROGELIO BARRERA «EL RUISEÑOR DE HUEVAR»

El Aljarafe sevillano ha sido cuna de innumerables cantaores y saeteros que han destacado notablemente en nuestra Semana Santa.

Olivares es una villa con raíces flamencas. Numerosos son los cantaores que han nacido aquí desde principios de siglo. Esta tradición flamenca no ha pasado desapercibida en nuestra Semana Santa. Desde tiempos añejos han desfilado por nuestra villa grandes cantaores del mundo del Flamenco entre los que podemos destacar a «Luís Rueda», «Manolo Sevilla», “Rogelio Barrera”,»Patro Soto», «Naranjito de Triana», “Niño Aguadulce», “Kiki de Castilblanco», «Diana Navarro»…

Sin duda uno de los cantaores más recordado en Olivares fue Rogelio el de Huevar.

0148Rogelio Barrera Bernal nació en la villa de Huevar a las doce horas del día quince de abril de mil novecientos once.

De profesión Guarda Jurado Rural y desde muy niño gran aficionado al Mundo del Flamenco. Conoció a los grandes maestros de la época y siempre estuvo rodeado de grandes cantaores. Tenía la voz clara y limpia, lo que favorecía para la interpretación de ciertos palos del flamenco. Estas notables facultades hacen que en el cante por saeta se le llegue a denominar “El Ruiseñor de Huevar”. Estuvo cantando saetas más de 50 años como profesional y consiguió innumerables premios.

En la década de los 70 fue ganador del I Premio del Concurso de Saetas organizado por la Emisora Radio Sevilla haciéndole entrega del premio el popular locutor Manolo Serrano. En Málaga consiguió ser Saetero de Oro.

En Madrid siendo Guarda Jurado de la Cámara Agraria cantó en la Casa de Campo para algunos ministros de Franco, su mujer Carmen Polo, el Cardenal Bueno Monreal y diversas personalidades.

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Pero donde más huella dejó fue en el Aljarafe sevillano cantando junto asu hija Gertrudis saetas a dúo durante la Semana Santa, emocionando a todos los que miraban embelesados a sus titulares.

Muchos aficionados de Olivares aún lo recuerdan cuando cada Viernes Santo cantaba desde el balcón a Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores.

0152Julián Fraile, Hermano Mayor durante la década de los 70, nos cuenta:

FG. – ¿Julián fue usted quién trajo a Rogelio a Olivares?
JF. – Sí claro, parece que lo estoy viendo.
FG. – ¿Qué recuerdas de Rogelio?
JF. – Yo te voy a decir una anécdota muy buena. Rogelio vino un Viernes Santo con su hija, a cantar los dos. Cantó la hija y él cuando fue a empezar a cantar ni podía. Cuando terminamos nos fuimos a la Casa de Hermandad para pagarles. Yo le pague a la hija y cuando fui a pagarle a él me dijo que no tenía que pagarle nada, que él no había cantado. Entonces yo le dije, tú no has cantado porque no has podido, no porque no has querido. Tú has venido y yo te voy a pagar.
FG. – ¿Qué pasó después?
JF. – Al cabo de un tiempo se presentó con su hija en la Casa de la Hermandad y nos dijo que venia a hacernos una visita. Quiso agradecernos el detalle que habíamos tenido con él. Le dije yo a su hija, ¡si tu hubieras escuchado a tu padre cuando vendía chucherías cantando en el tren que pasaba por Huevar hacia Sevilla! Y me dice la hija, pues achúchalo que tiene ganas de cantar. Nos llevamos hasta las tres de la mañana escuchándolos cantar. Cantó todas las clases de cantes. Algunos yo no los había escuchado nunca.

Rogelio Barrera estuvo cantando profesionalmente hasta 1988 y falleció el 31 de julio de 1990 cuando tenía 79 años de edad.

0153Se le ha rendido muchos homenajes participando en ellos figuras del cante flamenco. El pueblo vecino de Albaida del Aljarafe le rindió un homenaje por sus más de 50 años de trayectoria y entrega en la Semana Santa.

La Hermandad de la Soledad de Olivares le rinde este homenaje permitiendo así que su biografía sea conocida por todos aquellos que le conocieron, le escucharon y por los que de alguna manera tienen la curiosidad de saber sobre uno de los cantaores de saetas más grandes y recordados de todos los tiempos en nuestra Semana Santa.

Un agradecimiento especial a su familia, a su hija Gertrudis y a su nieta Magdalena que sin su aportación este reconocimiento no hubiera sido posible.

Fernando García

QUE ASÍ ES LA ROSA

QUE ASÍ ES LA ROSA

Que así es la rosa

Diríase que el poeta pensara en Ella y en la sinfonía de prendidos, dobleces y pliegues para el aderezo de su bendita presencia. No tocarla mas…

Porque estas imágenes “vestideras” o de candelero, están intencionadamente inconclusas en espera del atuendo más acorde con cada celebración y eso es, precisamente, lo que les confiere su excepcional carisma devocional.

Precedente notabilísimo es la imagen de la Patrona de la Archidiócesis La Virgen de los Reyes, ejemplo único de escultura autómata del siglo XIII. La necesidad de vestir la Imagen para ocultar sus elementos dinámicos propició este modo en el que solo quedan visibles el rostro y las manos de la escultura. Consecuencia del continuado cambio de atuendo fue la influencia de las modas y así el profesor Hernández Díaz nos cuenta que, durante el Medievo la Virgen era vestida con un kaftan de tejido dorado, velo amarillo y la Corona de Castilla sobre su cabeza. Más tarde llegaron los ajuares renacimiento y los barrocos, regalos de altas damas que ofrecían sus propios vestidos para ser usados por la Santa Imagen y que dejaron los interesantes documentos pictóricos que conocemos. Grande debió ser la devoción que inspiraba este Bendito Icono,pues muchas de las importantes advocaciones marianas imitaron sus maneras y fueron sobrevestidas ocultando a veces tallas de notable interés artístico.

En las imágenes creadas para ser vestidas el atuendo debe limitarse a completar la obra del imaginero siguiendo su traza, sin desvirtuar su estilo ni tratar de competir con él, sino intentando en todo momento poner en valor toda la personalidad que le confirió su autor. Esto viene siendo una constante en la Hermandad de Soledad donde se afanan en rodear a su Bendita Titular de aquellas prendas que consideran más acorde con su peculiar estilo, insistiendo en remarcar la sobriedad y el misticismo que la caracteriza.

Y por ello nos es posible contemplarla radiante, enmarcada en la espuma de encajes de Alençon, delicada como azucena entre las caricias del Bruselas, o llena de ternura con sus lutos bordados de oro y espejuelos. Cuando a la luna del Viernes sigue a su Hijo cargado con la Cruz, diríase que Ella misma se toca con sus velos y los sujeta cerca del talle: su pecho, camino abierto al relicario de su corazón.

¿Se enjuga el llanto con el manípulo, o se inclina para besar el ramo de olivas? Juntos en su mano sus penas y Olivares, porque alguna de esas lágrimas surgió de ternura al oír suspirar a sus hijos embelesados,

Pues sois Señora tan bella, tan hermosa

que al miraros sobre la frente siento

una lluvia de pétalos de rosas.

 

Luis Becerra Vázquez

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LOS ENCAJES DE LA VIRGEN

LOS ENCAJES DE LA VIRGEN

0080De todos es sabido que los rostrillos o tocados de las imágenes dolorosas de la Santísima Virgen se realizan fundamentalmente con encajes, aunque también se utilicen en ocasiones otros tejidos menos vaporosos y delicados.

La Santísima Virgen de los Dolores posee una valiosa colección de encajes antiguos que han sido donados por sus devotos y que constituyen un preciado tesoro de incalculable valor, no sólo por su calidad y riqueza, sino porque la artesanía del encaje hecho a mano ha desaparecido casi por completo, y las piezas que quedan son auténticas reliquias. En el ajuar de Nuestra Señora se cuentan cuatro encajes de Alençon, tres de aplicación de Bruselas, uno de punto “duquesa”, uno veneciano y dos de encaje de malta, sin contar dos pañuelos de Alençon y dos de aplicación de Bruselas y tres puños o bocamangas con los mismos puntos.

0081El origen histórico del encaje se fija por lo general a mediados del siglo XVI y se supone que nació en Venecia, aunque si entendemos por encaje cualquier tejido transparente y bordado, hay que remontarse a las antiguas civilizaciones de Oriente para encontrar sus primeros vestigios. En España ya se ejercitaban las labores de encaje de aguja y al bolillo medio siglo antes en varias poblaciones y con seguridad procedían de los conventos de monjas.

El encaje propiamente dicho se diferencia del bordado sobre malla o sobre cualquier tela muy transparente en que no exige un tejido previo, como lo requiere el bordado. Se llama encaje porque al principio, se solía hacer entre los bordes de dos tiras paralelas de lienzo, como si fuera una labor encajada entre ellas, y se denominaba asimismo randa, del alemán rand (borde u orilla) porque suele bordear a otra pieza. Por esta misma causa, y por terminar en picos o dentellones, se conoce también con el nombre de puntas o puntilla (en francés, dentelles) aunque este nombre se aplica en España sólo a los encajes pequeños y dentellados.

0082Según su origen y la técnica empleada, los encajes reciben diversos nombres. El punto de Venecia fue el primero conocido en los mercados de Europa y el que más influencia tuvo en sus talleres. El punto de Malinas (punto de Flandes) se distingue por sus mallas de orificios redondos o hexagonales y por sus flores y hojas naturales que se bordean con un hilo más grueso pero sin relieves. También se fabricaba en Amberes y con hilo más grueso y peor malla en Arras y Lille.

0083El punto de Alençon o punto de Francia es considerado el “rey de los encajes” ; desde el siglo XVI, se trabajaban los encajes de aguja en diversas poblaciones de Francia pero desde 1665 prevalecieron los talleres de Alençon, imitando a Venecia. Se distingue de ésta en dar más precisión y naturalidad al dibujo. El punto Colbert, llamado así en memoria del ministro de Luis XIV, Juan B. Colbert que tanto favoreció estas industrias en Francia desde 1661, es un punto que tuvo gran desarrollo en Alençon y otras ciudades francesas. Se caracteriza por el menor relieve de sus dibujos.

El punto de Bruselas se caracteriza por la finura del hilo que procede de un lino especial y la tendencia a la naturalidad en las figuras y motivos vegetales. Se realiza en piezas, con las flores y de diseño realizados por separado; de aquí resulta el tejido llamado de aplicación, que se forma uniendo por medio de la aguja, a un fondo reticulado o a un lienzo las figuras hechas aparte (de encaje) y recortando luego la parte del fondo que corresponde a cada figura. El punto duquesa (Point Duchesse ) es el término para un encaje belga, que no tiene un réseau o tul de base; está hecho completamente en la almohada.

0084Los hilos preferidos para los encajes son siempre los de seda y lino por su finura y resistencia, y sólo para encajes o puntillas muy vulgares se hace uso del algodón o equivalente. Con ellos, se une a veces, algunos hilillos de plata u oro para realzar el dibujo. Se llama blonda al encaje de seda (del alemán blond, rubio), pues en los comienzos de su confección en Francia, solía tener color amarillo. Los encajes suelen elaborarse al bolillo o a la aguja, que es de labor más fina y costosa y suele presentar un mayor realce que el anterior. ambos pueden suplirse en parte por el ganchillo por cuyo medio se produce una labor más gruesa y menos artística. Pero todos, en fin, se reemplazan desde el siglo XIX por máquinas que imitan los encajes hechos a mano.

EL PASO QUE SE CREÓ EN TRES MESES

EL PASO QUE SE CREÓ EN TRES MESES

0075.jpgEn 2003 la Hermandad recuperó para el culto una imagen de Cristo Yacente que se encontraba dentro de una urna en la cripta del antiguo templo colegial, junto al panteón donde yacen los restos de los dos primeros condes de Olivares y sus familias. Precisamente fue la circunstancia de conmemorarse en ese año el quinto centenario del nacimiento de don Pedro de Guzmán, primer conde y fundador de esta casa nobiliaria, y la creencia en que esta imagen del Señor había pertenecido a su familia, lo que determinó que se decidiera incorporar un nuevo paso con su efigie a la procesión penitencial del Viernes Santo. Sin embargo la iniciativa de restaurar y volver a dar culto al Cristo Yacente había partido tres años antes del grupo de jóvenes de la Hermandad, conocedores como eran de la tradición histórica que afirmaba que antiguamente ya se había venerado esta imagen por los cofrades de la Hermandad de la Soledad de Olivares; por ello, y dado el evidente deterioro que presentaba la misma, la junta de gobierno de entonces se puso en contacto con el catedrático de Bellas Artes en la facultad de Sevilla don Francisco Arquillo Torres, quien tras un primer reconocimiento certificó el interés histórico-artístico de la imagen (todo indica que la imagen puede datarse en el siglo XV) tras lo cual en octubre del año 2000 comenzó un proceso de restauración que fue llevado a cabo bajo su dirección en los talleres de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Hispalense, y que se prolongó hasta los primeros meses del 2003.

0076.jpgSe sabe por los libros de actas que conserva la Hermandad que al menos desde 1873 tenía lugar en la tarde del Viernes Santo una procesión en la que salían el Santo Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores. Previamente tenía lugar en la iglesia el llamado «Sermón del Descendimiento», tras el cual unos señores ataviados como los Santos Varones desclavaban de la cruz la imagen del Redentor y la depositaban en la urna de cristal que estaba preparada para ello en unas andas iluminadas por cuatro faroles y colocadas en la capilla de la Virgen del Rosario.
Posteriormente se iniciaba la procesión del Santo Entierro por las calles de Olivares, que en aquella época constituía un cortejo ciertamente peculiar, del que formaban parte mujeres que representaban «Sibilas y Marías» y un grupo de soldados romanos, algunos de ellos a caballo, con plumas negras en sus cascos en señal de luto.

Todas estas circunstancias que hemos mencionado animaron a la Junta de Gobierno, presidida entonces por Don Rafael González Fraile, a sacar un tercer “paso” el Viernes Santo. Los priostes, bajo la dirección del asesor artístico, D. Luis Becerra, se pusieron manos a la obra: había que crear el nuevo “paso” del Stmo. Cristo Yacente empezando prácticamente de cero. Contaban con los faroles de Jesús Nazareno y con la urna del Yacente, que se encontraba en el panteón ducal en lamentable estado. Se buscó una parihuela, pero no se adaptaba a la envergadura de los jóvenes que iban a llevarla, así que se construyó una nueva. Se hicieron numerosas pruebas con los faroles y la urna para ver las proporciones que debía tener el “paso”; se decidió entonces que eran los antiguos ángeles luciferarios del “paso” de Jesús Nazareno los ideales para sostener la urna sobre sus hombros; estos irían sobre una peana marmorizada que habría que construir. Ahora había que restaurarlo todo para que estuviera digno para la salida procesional. 0077.jpgLo más complicado fue la urna: fueron eliminados todos los adornos neogóticos que se le habían añadido y se le hizo un nuevo techo de cristal más acorde con la línea renacentista “herreriana” original. Asimismo se repusieron todos los vidrios imitación carey que le faltaban y se revistió también el interior con nuevas piezas copiadas de los originales antiguos. También se repasó el dorado y se doraron las piezas nuevas. Un grupo de hermanos realizó también un repostero con el escudo de la Colegial para la parte inferior de la urna en el que se reproducían también inscripciones y pinturas originales del panteón ducal. Estos hermanos también se encargaron de montar los respiraderos de malla y galones para el “paso” y de confeccionar un palio de respeto morado. Asimismo, hicieron dos jergones y dos almohadones nuevos para la urna, en morado para la salida y en blanco para el altar. Las hermanas hicieron los faldones en terciopelo negro con galones y un grupo de jóvenes confeccionó y costeó las libreas de los servidores que llevarían el palio de respeto.

El resultado de todo este esfuerzo fue la recuperación de un paso digno para el más antiguo de Nuestros Sagrados Titulares, en un tiempo récord: poco más de tres meses. El mismo Lunes Santo se encargaba a nuestro orfebre D. José Jiménez cuatro nuevos fanales para iluminar la parte inferior de la urna.

No podemos pasar por alto algo que causó no pocos quebraderos de cabeza: la ubicación del nuevo paso en el trascoro de la iglesia. Considerando el reducido espacio con el que se contaba, se eligió la mejor opción, aunque no la más fácil: la capilla de la Stma. Virgen de los Dolores. Había dos problemas fundamentales: la estrechez de la cancela de la capilla y la imposibilidad del paso de la urna por el trascoro estando aún allí el “paso” de la Stma. Virgen. Los hermanos herreros de la Hermandad solventaron el primero, aproximando los ejes de las cancelas a la pared mejorando el aspecto estético. La imaginación resolvió el segundo: los “pasos” de Jesús Nazareno y de la Stma. Virgen intercambiarían su sitio en el trascoro, permitiendo así el paso de la urna.

0078.jpgPasada la Semana Santa, el Stmo. Cristo Yacente quedó situado definitivamente en el trascoro, bajo el retablo de Nª Sra. De las Carboneras, en una altar diseñado especialmente para contener la urna y servir de mesa de altar.

Sin duda aquel año se vivieron momentos inolvidables: la llegada del Stmo. Cristo yacente el 5 de marzo de 2003 , miércoles de Ceniza, a hombros de los jóvenes de la Hermandad a la iglesia parroquial, entre el silencio de los fieles que llenaban el templo; la primera Función Solemne y Besapié en honor de la antiquísima Imagen; la primera salida del nuevo paso con música de capilla, llena de solemnidad y recogimiento; la sorpresa y asombro del pueblo al contemplar el cortejo… Fue un año lleno de trabajo, de prisas, de contratiempos…, pero también lleno de ilusión, de satisfacción por el trabajo bien hecho. Se barajaron varios proyectos a la hora de crear el nuevo paso; al final se optó por conservar la urna auténtica y restaurarla, y aprovechar los elementos de que se disponía, no sólo por ser más factible, sino también por conferir al nuevo paso un carácter antiguo, vetusto, más propio de la Imagen del Cristo. El resultado está a la vista: un modelo definitivo, que se ha ido perfeccionando y que se irá enriqueciendo con el tiempo, pero sin perder unos valores estéticos ya consolidados.