PATRIMONIO MUSICAL

PATRIMONIO MUSICAL

JOSÉ MARTINEZ PERALTO

peralto01.jpgNació en 1898 y fue violinista y compositor. Estudió música con Miguel Mata y ocupó plaza de violín en la orquesta de cámara que fundó Falla. Fundó el «Quarteto Peralto» encargado de amenizar entre 1923 – 1932 las sesiones de cine mudo de la sala Lloréns. Autor de numerosos pasodobles, canciones y piezas entre las que sobresalió «Pinocho» bailada por toda España durante los años 60. Estudió violín con Miguel Mata y formó parte de la Orquesta Bética de Sevilla. Además también formó un grupo de cámara para amenizar fiestas y celebraciones, llegando a actuar para el mismísimo Rey Alfonso XIII. Falleció en 1974.

La marcha Virgen de la Soledad está dedicada a la Soledad de Olivares, es una marcha muy airosa y de acentuado carácter andaluz.
Tras un tiempo olvidada (aunque algunos músicos antiguos de la Banda de Nuestra Señora de las Nieves, de Olivares, la recuerdan), la recuperó la Banda Municipal de Sevilla en un concierto que tuvo lugar en la Iglesia de los Terceros el 13 de Octubre de 2005 en la Iglesia de los Terceros.

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La Hermandad también cuenta con otras 2 marchas procesionales, Madre de los Dolores en su Soledad de Ismael Jiménez Gómez, del 04-abril-2003 y Mi Virgen Llora de Juan Manuel Cutiño Garrido del 26-marzo-2004

 

SALA DE EXPOSICIÓN

SALA DE EXPOSICIÓN

En la planta alta de la casa-Hermandad se encuentra la sala de exposición de enseres y objetos de culto. Inaugurada en 1978, fue ampliada y reformada en profundidad entre 1995 y 1996, dotándola de nuevas vitrinas de madera, revestimiento de paredes, solería e iluminación. En 2012, se han incorporado dos nuevas vitrinas y se han redistribuido los enseres siguiendo un criterio de relación con las Imágenes Titulares. Todo está distribuido en torno a dos grandes vitrinas centrales que dividen en dos la propia sala. A un lado se agrupan los enseres del Nazareno y del Cristo Yacente; al otro lado, los de la Virgen, que por las características especiales del paso, son más numerosos y ocupan la mayor parte del espacio expositivo.

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En una de las grandes vitrinas centrales está el manto procesional de la Stma. Virgen, obra de Sobrinos de Esperanza Elena Caro (año 1993); lo flanquean dos grandes faroles de entrevaral, obra de José Jiménez de 1972. Junto a ellos encontramos, a un lado, la saya procesional de la Stma. Virgen, obra también de Caro, que utilizó la parte central de los bordados del manto anterior para su confección en 1994, y al otro una saya de camarín de color morado, bordada en Écija en el taller de Jesús Rosado en 2003, donada por nuestro Hermano Mayor Honorario, D. Pedro Delgado Seijo. Esta saya reproduce una anterior, de principios del siglo XIX. En la parte superior, se exponen las bocinas del paso de Jesús Nazareno, obra de Jiménez; los paños están bordados por Caro en 1998-2000 con el anagrama de Jesús Nazareno (JHS -Iesus Hominis Salvator-: Jesús Salvador del Hombre) en el centro.

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En la otra gran vitrina están los varales del palio, obra de José Jiménez entre 1964 y 1966, siguiendo un diseño original de Cayetano González. En el centro se disponen las siguientes insignias: la bandera concepcionista, bordada por Guillermo Carrasquilla en 1949 , con asta labrada por Manuel Seco; el SENATUS, bordado sobre tisú color malva y que procedía de la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla; el banderín del III Centenario, bordado y donado por N.H. D. Julián Torres; el banderín de la Juventud, bordado en oro por Esperanza Elena Caro en 1985 y el banderín de la medalla de oro de la villa, conmemorativo de la concesión a la Hermandad de dicha distinción en 2001, bordado también por Caro y que se estrenó el 22 de septiembre de dicho año cuando la Duquesa de Alba impuso la medalla sobre el pecho de la Stma. Virgen de los Dolores. En la parte delantera va bordado en oro y sedas el escudo de la villa de Olivares, y el revés es la bandera de Olivares, amarilla y azul, bordada en sedas por el taller de Feliciano Foronda; esta bandera se izó por primera vez con motivo de esta celebración. En el centro, el estandarte corporativo, con escudo bordado por Carrasquilla en 1946 y pasado por Caro en 1985. Delante de las insignias y los varales se disponen cuatro faroles de entrevaral y seis jarras, obra de José Jiménez de 1970 a 1974.

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En la ampliación hecha en 1995 y 1996 se construyó, a la izquierda de la entrada, una sala más pequeña con dos vitrinas. En una de ellas se encuentran los enseres del paso del Cristo Yacente y los candelabros de guardabrisas de Jesús Nazareno, obra de Cerquera de 1958, restaurados y dorados de nuevo por Manuel Calvo en 2003-2004. Sobre la pared están los respiraderos del paso del Cristo yacente, obra del taller de la Hermandad en 2004. También fueron los propios hermanos los que realizaron el tapiz situado a la derecha, que va bajo la urna procesional con el escudo ducal, dado que el Cristo estuvo siempre presidiendo el panteón ducal de la colegiata. Entre los candelabros se sitúan los cuatro grandes faroles dorados del paso del Stmo. Cristo Yacente, obra de Jiménez, que se estrenaron en 1982. En la vitrina de la derecha, de forma angular, se halla en la parte central la cruz de guía, realizada en madera con remates en plata de ley de Jiménez en 1999, reproduciendo la anterior; a ambos lados se exponen dos faroles (1.985), ocho ciriales (1989-1991) y un juego de varas, todo ello del mismo orfebre. Delante de las varas hay seis dalmáticas de terciopelo rojo con bordados de aplicación en estilo renacimiento, realizado por los propios hermanos entre 2004 y 2008. En la parte inferior de la vitrina se disponen cinco incensarios y dos navetas labrados en plata de ley por Jiménez en 1989 y 1990, y una naveta de Orfebrería Triana, de 2010.

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En el ángulo izquierdo de la vitrina nos encontramos túnica procesional de Jesús Nazareno, obra anónima del siglo XVIII. Las potencias son obra de Jiménez en 1980. Sobre la túnica, la casaca del cirineo, realizada con bordados de una saya del la Virgen de principios del XIX. Al lado de la vitrina, se encuentra la imagen del cirineo, obra de Luís Álvarez Duarte en 1985.

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Al fondo de la sala está la vitrina de la candelería, en la que aparecen los noventa y seis candeleros del paso de palio, obra de Jiménez en torno a 1973-1976. Preside esta vitrina el simpecado, bordado en 1984 por Caro, reutilizando el centro del palio anterior, en el que figuraba una inmaculada labrada en metal policromado. También se incluyen aquí una pequeña imagen exenta de la Inmaculada en plata con ráfaga que va en la delantera del paso y una imagen del Niño Jesús del siglo XVIII, A los pies del simpecado encontramos una pequeña réplica de Nª Sra. De los Dolores, obra de Luis Álvarez Duarte en 1975, que perteneció a D. Pedro Delgado Seijo y que fue donada a la Hermandad por sus herederos en 2011. Debajo de la imagen está situada la primera edición impresa de las primitivas reglas de la Hermandad, fechadas en 1712.

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Junto a la vitrina de la candelería, se expone un gran dosel, de 4.90 metros de altura, bordado por los propios hermanos con técnicas de aplicación de tisú y telas de diversos colores, reproduciendo el dibujo y el tamaño del gran manifestador del Corpus de la Parroquia. En la realización del bordado se emplearon catorce meses de trabajo (unas 4.800 horas aproximadamente), se utilizaron 9500 metros de hilo de coser y 2700 metros de cordón de perfilar (en oro y en diversos colores), 4000 lentejuelas, seis metros de tisú de oro y siete metros y medio de telas de brocado; todo ello va sobre un soporte de veintiséis metros de terciopelo carmesí. El dosel se estrenó en el besamanos de 2007. Delante del dosel está emplazada la cruz de Jesús Nazareno, de cedro con cantoneras de plata labradas por Orfebrería Almagro en 2009 y reformada por Orfebrería Triana en 2010. Rodean la base de la cruz unos ángeles luciferarios de Manuel Cerquera, de 1958, que sirven de pedestal a la urna del Yacente. Junto al dosel está la primitiva imagen del cirineo, de tamaño menor que el natural, obra de Manuel García de Santiago en 1756, y que ya no se utiliza en el paso.

exposicion07A la derecha de la puerta de entrada encontramos otra gran vitrina que contiene los mantos y sayas de camarín de de la Stma. Virgen con sendas coronas y diademas o ráfagas. La distribución depende del momento litúrgico, pues siempre hay un conjunto que está luciendo la Sagrada Imagen y que , lógicamente, no está en la exposición. La relación completa es la siguiente: una corona labrada en metal dorado, realizada por Seco en 1947; otra de plata en su color, cincelada por Jiménez en 1982 ; la corona de salida de la Virgen, de estilo rococó antequerano, labrada en plata dorada por José Jiménez en 1995 y otra corona, que normalmente luce la Virgen en su altar, labrada en plata dorada por Juan Borrero, de orfebrería Triana, en 2005, reproduciendo fielmente la primera que tuvo la Imagen, del siglo XVIII, y que por desgracia se perdió en los años 40 del siglo XX. Posee además dos diademas o ráfagas, una plateada y otra dorada, de Seco y Jiménez, respectivamente.

En cuanto al ajuar bordado, encontramos un manto y saya, de color rojo Burdeos, bordado el primero por Rosario Bernardino en 2004, reproduciendo fielmente un antiguo manto que Patrocinio López bordó para la Virgen en 1859; en la saya fueron recuperados y pasados esos antiguos bordados por el taller de Caro en 2000 ; un manto negro con dibujo geométrico de estilo romántico, bordado por Águeda Verdugo en 2001 y una saya, de tisú de plata, diseñada por el ceramista Paco Franco Pérez y estrenada en 1987, con motivo de la celebración del 275 aniversario fundacional; un manto color morado, realizado con los bordados del antiguo manto de salida, pasado a nuevo terciopelo por Caro en 1994; la saya, en terciopelo negro, era la que se utilizaba para la salida procesional antes de 1994 y data de principios del siglo XX; un manto bordado sobre terciopelo azul, de estilo neomudéjar, del taller de Caro en 2002; la saya, de color morado, fue bordada en el mismo taller en 1985 y fue costeada por el grupo joven de la Hermandad; un conjunto de manto y saya de color grana, con bordados del siglo XVIII que fueron donados por D. Millán Delgado en 1968.

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En las vitrinas realizadas en la ampliación de 2012 se exponen el palio y los respiraderos el paso de la Stma. Virgen. En el ángulo izquierdo aparece el techo de palio, bordado por Caro en 1986, en cuyo centro figura un corazón de plata con los siete puñales, del siglo XVIII, rodeado por una ráfaga también del mismo metal. En el centro, se sitúan los respiraderos del paso de palio, estrenados en 2007, con bordados de Sobrinos de Esperanza Elena Caro y soporte de plata de orfebrería Triana. La pieza se compone de trece paños bordados sobre terciopelo y malla de oro, enmarcados por ménsulas o colgantes de plata que parten de un baquetón del mismo metal. La parte inferior de cada paño se monta sobre malla de bolillo y la parte superior sobre terciopelo granate. La malla estás enmarcada en la parte inferior por riscos a modo de galón con filo de cartulina, y en la parte superior por dos quimeras o cabezas de león, piezas tejidas de «muestra» con filo de hojilla, rematadas con pieza escamada y recogido todo el conjunto con lazos de milané azul. En el centro de cada paño se sitúa una cartela, siete de las cuales van bordadas en seda, representando los siete dolores de la Virgen, y los seis restantes entonan la primera estrofa del Stabat Mater (STABAT MATER DOLOROSA IUXTA CRUCEM LACRIMOSA). En el bordado de estos respiraderos se han usado las técnicas más nobles y difíciles del oficio: las miniaturas en seda, los lazos de milané, las paredillas, cartulinas montadas, etc. Debajo de los respiraderos está la mesa de representación de la Hermandad y, sobre ella, un crucifijo en terracota del siglo XIX, flanqueado por dos faroles en plata de forma piramidal que van sobre las ménsulas delanteras de los respiraderos, labrados por orfebrería Triana en 2008.

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A ambos lados de los respiraderos están situadas las nuevas caídas o bambalinas del palio,  obra del taller de Caro de 2010- 2012, y fueron diseñadas, como los respiraderos, por Luis Becerra Vázquez. Junto a las caídas están las bocinas del paso de la Stma. Virgen, del mismo orfebre y bordador que las del Nazareno, pero con paño bordado sobre terciopelo negro con un corazón con las siete espadas.

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PASO DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES

PASO DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES

pasovirgen01En el libro de actas de la Hermandad de  1712 a 1753, recogido por Don Antonio González Polvillo en su interesante libro Orígenes de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad de la villa condal de Olivares, publicado en 2012,  aparece el encargo por parte de la Hermandad en 1729 de un paso para la Stma. Virgen a Don José Fernando de Medinilla, maestro escultor de Sevilla, que se componía de palio con caídas de tafetán negro con forro de holandilla, crestería forrada de terciopelo negro y flecos negros y diez varales con remates de bronce dorado al fuego. En el paso figuraban además siete angelotes con atributos de la pasión, obra, probablemente, del mismo autor. El paso  tenía cuatro brazos forrados en negro para ser portado a hombros por sus Hermanos. No se conserva nada de este primer paso ni de los que le siguieran. Tampoco tenemos constancia gráfica del paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores antes de la reorganización de los años cuarenta, cuando se concibió un nuevo paso. Era este de reducidas proporciones –como las del anterior, posiblemente-, pues la Virgen estaba presente en el altar mayor de la parroquia durante el Sermón del Descendimiento en la tarde del Viernes santo y debía pasar por los arcos del Sagrario, que comunican con el trascoro. Para este paso ejecutó el bordador Guillermo Carrasquilla un palio con caídas bordadas en oro sobre terciopelo negro, utilizando para el techo los bordados del manto de camarín que la bordadora Patrocinio López había bordado en 1859. Los varales y la orfebrería eran de escaso valor artístico, y el conjunto resultaba poco adecuado para la imagen de la Virgen.

pasovirgen02En la década de los años 60 del siglo XX, la Hermandad decide acometer el proyecto de un nuevo paso de palio de mayores proporciones, bajo la dirección artística de D. Millán Delgado, quien encargó a Cayetano González el diseño de los nuevos varales, labrados por José Jiménez Jiménez. Este mismo orfebre realizó los faroles de entrevarales, las jarras, la candelería y la corona de la Virgen, de estilo dieciochesco antequerano, estrenada en 1995. Actualmente luce la llamada «corona del Centenario», similar a la anterior y realizada con las aportaciones de sus innumerables devotos en 2012 por  Orfebrería Triana.  En cuanto a los bordados, el palio ha sido confeccionado  en los talleres de Caro: el techo, bordado en oro sobre terciopelo negro  fue diseñado y bordado por José Manuel Elena en 1986; las  bambalinas o caídas fueron bordadas sobre tercipelo burdeos entre 2010 y 2012, según diseño de Luis Becerra Vázquez, inspirado en los motivos ornamentales del retablo de la Stma. Virgen y en el rico ajuar litúrgico de la Colegial. Estas caídas han sustituido a las que bordó G. Carrasquilla en 1947, pasadas a nuevo terciopelo y enriquecidas por Caro en 1980, y que ahora posee la Hermandad de la Oración en el Huerto de Dos Hermanas. En 1993 se estrenó el nuevo manto procesional, bordado también en el  taller de Caro, siguiendo las trazas del anterior, de principios del siglo XX. Con las piezas del antiguo manto, se confeccionaron la saya de salida y un manto morado para el septenario en 1994.

pasovirgen05Los respiraderos, estrenados en 2007,  son obra de Orfebrería Triana y del taller de bordados de Sobrinos de Esperanza Elena caro, siguiendo un diseño original de don Luis Becerra Vázquez. La pieza se compone de trece paños bordados sobre terciopelo y malla de oro. La parte inferior de cada paño se monta sobre malla de bolillo, de cierre denominado “punto de la Virgen”, y la parte superior sobre terciopelo granate. La malla está enmarcada en la parte inferior por roscos a modo de galón con filo de cartulina y en la parte superior por dos “quimeras” o cabezas de león, piezas tejidas de muestra con filo de hojilla, rematados con pieza escamada y recogido todo el conjunto con lazos de milané azul. En el centro de cada paño se sitúa una cartela, siete de las cuales están bordadas en seda, representando los Siete Dolores de la Virgen, y los seis restantes entonan la primera estrofa del “Stabat mater”: “Stabat mater dolorosa iuxta crucem lacrimosa”. pasovirgen03Todo el conjunto se monta sobre un baquetón de plata repujada del que parten las ménsulas o colgantes que enmarcan los paños bordados y sirven de base arquitectónica a los varales. Sobre las dos delanteras van dos faroles en plata repujada, de forme piramidal, estrenados en 2008. [Ampliar información]

En esta obra destacamos las escenas en miniatura bordadas en seda de las cartelas centrales y los lazos bordados en milané a un solo cabo en diversas tonalidades de color azul celeste. Las cabezas de los leones o “quimeras” son un resumen de formas interpretativas del bordado: cabezas de cordón a un cabo, cartulinas montadas con distintos materiales y listadas y pelo de lentejuela escamada. La parte superior de la cabeza y el cuerpo, se montan sobre “paredillas” de torzal.

PASO DEL CRISTO YACENTE

PASO DEL CRISTO YACENTE

pasoyacente1.JPGEn las primeras décadas del siglo XX continuó saliendo el paso del Cristo Yacente en la tarde del Viernes Santo, en una urna de madera que había tallado Juan Pérez Vargas, aunque en los años treinta dejó de salir, estando por entonces depositada la imagen en la capilla de San Cristóbal, en la nave del evangelio de la iglesia ex-colegial, desde donde más tarde sería trasladada a la cripta.

pasoyacente2.JPGEl Stmo. Cristo Yacente, obra del siglo XV, es la imagen más antigua que posee la Hermandad, aunque no fue incluida como Titular hasta el siglo XIX. Documentalmente consta que procesionó durante ese siglo hasta principios del XX. No volvió a hacerlo hasta el año 2003, en el que salió de nuevo después de casi cien años. El paso del Cristo yacente fue realizado en ese año, pero reutilizando elementos ornamentales que ya tenía la Hermandad.

Se restauró la urna, del siglo XIX, a la que se le quitaron los añadidos neogóticos y se completó con los cristales de imitación al carey que le faltaban. Los ángeles luciferarios del paso del Nazareno, obra de Cerquera, sirvieron para sostener la urna, sustituyendo los faroles de madera por lanzas de plata, y para iluminar el conjunto se utilizaron los faroles repujados y dorados por José Jiménez en 1982, que antes llevaba el paso del Señor. El taller de la Hermandad confeccionó los faldones y los respiraderos bordados en malla dorada, así como el tapiz que va bajo la urna con el escudo ducal y la leyenda “O TV QVE ENTRAS EN ESTA TVMBA OSCURA, MIRA BIEN EN QVE PARA NUESTRA VANA LOCVRA”.

PASO DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

PASO DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

Varios son los pasos conocidos del Señor desde el siglo XVIII hasta nuestros días; en primer lugar, el doctor Amores ha documentado recientemente cómo tras haber sido adquirida la imagen por la Hermandad, el día seis de enero de 1756 tres hermanos de su Junta de Oficiales se obligaban notarialmente con el maestro escultor y arquitecto de retablos sevillano Manuel García de Santiago en que éste habría de hacer unas andas procesionales de madera dorada, con una medidas de 2,9 x 1,68 m, y en precio de dos mil reales, cantidad en la que entraba asimismo la ejecución de una imagen de Simón de Cirene para componer la escena evangélica en la que el rudo labrador fue obligado a ayudar a Jesús a cargar con la cruz.

Antiguo paso de Cristo

 

Esta figura secundaria se conserva hoy en las dependencias de la casa de hermandad, aunque restaurada y repintada, siendo una recreación del modelo tallado por Andrés Cansino para la Hermandad de Jesús Nazareno del Viso del Alcor en 1669, y cuyo mayor valor radica en ser el último ejemplo conocido de este tema iconográfico en la escuela barroca sevillana. Se tienen noticias igualmente de que en las primeras décadas del siglo XX figuraban además en el paso un sayón con látigo y un romano con lanza, obras probablemente decimonónicas que no se conservan. Por su parte, el paso que tallara García de Santiago no ha llegado a nuestros días, pues fue sustituido en 1947, cuando se reorganizó la Hermandad, por otro más sencillo, aunque se conserva alguna antigua fotografía del mismo en la que parecen observarse unas cartelas que podrían provenir de las andas del siglo XVIII.

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En la Semana Santa de 1958 se estrena, -inacabado-, el “paso” de Jesús Nazareno, obra del tallista Manuel Cerquera quien continúa su ejecución en los años siguientes hasta su total terminación, siendo dorado por el mismo autor. Se trata de un magnífico conjunto de estilo “churriguera”, con canasto y respiraderos tallados en madera dorada. Tanto en el canasto como en los respiraderos predomina la rocalla como elemento decorativo principal, con algunas flores y hojas estofadas en diversos colores. El canasto presenta una forma sinuosa con salientes rematados por ocho cartelas talladas en medio relieve y estofadas. Esta forma del canasto enmarca perfectamente a las imágenes del Señor y del cirineo. a través de los años el conjunto ha sufriendo modificaciones o adaptaciones. Así, en 1982 se estrenan cuatro grandes faroles repujados y dorados, obra de José Jiménez Jiménez, que sustituyeron durante veinte años a los candelabros de guardabrisas que el paso tenía en principio. En 1999 la Hermandad decide acometer la restauración íntegra de la obra y la recuperación de aquellos elementos que, a su entender, habían devaluado la belleza del conjunto al ser sustituidos. Este es el caso de los espléndidos candelabros, remates acertadísimos de la barroca canastilla y elementos imprescindibles para la mejor iluminación de las imágenes, a las que prestan su exacta proporción estética. Otro de los indiscutibles aciertos consistió en eliminar los ángeles luciferarios de las esquinas de la parihuela, que restaban visibilidad a la canastilla, además de consistir en imágenes de dudoso valor artístico, dado que Cerquera era un magnifico tallista, pero no así un imaginero notable.

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Tras estos cuatro ángeles se escondían sendas cartelas vacías. En un principio se decoraron con escenas pintadas sobre el dorado, pero la suntuosidad del conjunto exigía que fueran talladas en medio relieve y estofadas, por lo que la Hermandad encomendó a Manuel Calvo Camacho la hechura de las que restaban para completar las tres que él mismo hizo anteriormente para la delantera de la canastilla de este “paso”; a las que se agregaron también una nueva serie para los respiraderos.
La importancia de la obra aconsejó ordenarlas dentro de un programa iconográfico coherente, que tuviera un claro contenido catequético como elemento básico del conjunto.

En el primer cuerpo del “paso”, constituido por los respiraderos de la parihuela, se representan pasajes del Antiguo Testamento, base sobre la que se asienta la Buena Nueva revelada en los Evangelios. Partiendo de la cartela derecha del frontal del paso y en sentido inverso a las manecillas del reloj, estas se disponen por el siguiente orden:

 En el segundo cuerpo del “paso”, formado por la canastilla y en el mismo orden de las cartelas anteriores, figuran los siguientes pasajes de la Pasión:

 El paralelismo existente entre las escenas bíblicas y los pasajes de la pasión, queda reflejado en la superposición de las cartelas: la traición de Judas y la desobediencia de Eva; los actos de obediencia de Abraham al sacrificar a su hijo y de Jesús aceptando la flagelación; Salomón , rey de Israel, y Jesús, coronado de espinas, como “rey de los judíos”; Noé salva las especies en su arca y Jesús salva a los hombres camino del Calvario; la fuerza de Sansón y la de Simón Cirineo sirven de ayuda para salvar al pueblo de Israel y al género humano; Moisés muestra las tablas de la ley en el monte sinal y Jesús se muestra crucificado en el monte Calvario; el justo Abel es asesinado por su hermano; el justo Jesús, muere entre ladrones; David muestra la cabeza de Goliat como un despojo; así es trasladado Jesús al sepulcro hasta el día de su Resurrección.

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En el año 1985 fue estrenada una nueva imagen de Simón de Cirene realizada por el escultor e imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte, hecha para vestir, de mayores proporciones que la anterior.Esta imagen del cirineo lleva casaca con bordados procedentes de una saya de la Virgen de principios del siglo XIX, que podemos fechar en este momento porque en su dibujo se recogen las tendencias decorativas y los símbolos iconográficos dieciochescos pero adecuados a una nueva estética neoclásica: por la mayor separación entre los espacios bordados y por la estilización de los elementos. Por la similitud del diseño y ejecución de esta saya con la clámide del Cristo de la Coronación de Espinas de la hermandad del Valle de Sevilla, obra de Antonia Bazo de 1805, podemos afirmar que esta prenda es de la misma bordadora; en la clámide aparecen “ces” tendidas en setillos; tallos vegetales formados por hilo tendido, terminados en granadas con adornos de bodoques y constituidas por hilos formando mallas bordadas sobre el terciopelo; y elementos florales bordados en hilo metálico dorado en técnica de setillo combinados y enriquecidos por talcos, chapas ovaladas y espejuelos, que son muy similares a los que presentaba esta saya, si exceptuamos los talcos, que se han perdido.

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Finalmente, en lo que se refiere al ajuar de culto interno y externo del Señor, merece la pena destacar en primer lugar los excelentes bordados en oro de la segunda mitad del siglo XVIII que se hallan en la túnica de terciopelo morado con la que se viste a la imagen para su salida procesional del Viernes Santo, que fueron pasados a nuevo tejido por el sevillano Guillermo Canasquilla en 1949, distribuyéndose en una ancha franja de la parte inferior de la túnica y las bocamangas, y realizados con un diseño asimétrico que combina la rocalla con otros elementos como los cuernos de la abundancia de los que surgen flores de finos tallos. Durante el año el Señor permanece en su altar ataviado con túnica morada lisa, y ostentando en su cabeza tres potencias de plata sobredorada ejecutadas hacia 1765-1770, que poseen una parte inferior o galleta muy ancha concebida como venera que enmarca motivos de rocalla en el centro, y de la que parten haces de rayos plisados; Para los cultos cuaresmales el Nazareno es vestido con túnica bordada de estilo oriental, procedente de talleres parisinos de principios del XIX. El Señor tiene también otro juego de potencias de plata sobredorada que fue realizado por el orfebre sevillano José Jiménez en 1978, diseñadas con unas bases muy reducidas en las que figuran amatistas, y tres haces de rayos plisados muy estilizados que alternan con decoración calada y pedrería. Finalmente, como complemento a la presencia iconográfica de Jesús Nazareno reseñaremos que en la casa de hermandad se conserva una pequeña pintura de carácter votivo realizada sobre cristal y fechada en la segunda mitad del siglo XIX, y que en el lado derecho de la fachada principal del templo parroquial se halla un retablo cerámico con la imagen del Señor que fue realizado por Paco Franco Pérez, ceramista trianero con taller en Mairena del Aljarafe. Está cubierto por un tejaroz con tejas blancas y azules y fue bendecido por el entonces Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo el 14 de septiembre de 1987, para conmemorar el CCLXXV aniversario de la fundación de la Hermandad.

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