La Colegiata de Santa María de las Nieves fue encargada por el Conde Duque de Olivares y fundada en 1623 gracias a las Bulas concedidas por el Papa Urbano VIII (aunque luego las perdería en un pleito con el Arzobispado de Sevilla). Estuvo regida por sus propios estatutos hasta que en el año 1852 dejara de ejercer su título de Colegiata y conservara tan sólo las funciones de Iglesia Colegial.
El proyecto original fue desarrollado por los arquitectos Vermondo Resta y Sebastián de Ruesta, aunque ha sufrido numerosas reformas que han dado lugar, en la actualidad, a una construcción de gran complejidad arquitectónica. El edificio es de cruz latina inscrita en un rectángulo. Su exterior consta de tres portadas dinteladas y una torre con dos cuerpos. Dispone de tres naves cubiertas por bóvedas de medio cañón y decoradas con yeserías procedentes del Convento de las Carmelitas de Los Remedios, de Sevilla. Su interior cuenta con varios retablos de distintos estilos y numerosas obras de arte.
El retablo mayor, del siglo XVII, fue realizado por José Guisado, José Escobar y Matías de Brunenque y fue dorado por el artista Miguel Parrilla. Éste alberga una imagen barroca de la Virgen de las Nieves, Patrona de la Villa, obra de María Roldán «La Roldana», así como esculturas de San Nicolás de Bari, Santo Domingo, San Pedro y Santiago (todas del XVII) y una pequeña Inmaculada (siglo XVIII).
Las capillas recogen obras de Roelas y Zurbarán, entre otros. Destacan grandes lienzos sobre temas tales como los Desposorios de la Virgen, la Adoración de los Reyes Magos y el Tránsito de San José. En la Capilla de la Virgen del Álamo (siglo XVII) se encuentra una imagen de la antigua patrona de la villa de comienzos del siglo XIV realizada en talleres castellanos.
En la Capilla del Sagrario (siglo XVIII) hay tallas de San José y el Niño, ambas del círculo de Roldán. Al fondo de la nave principal está el coro, tallado sobre nogal por Bernardo de Cabrera. Tiene doble sillería y está adornado por motivos geométricos del siglo XVII, salvo la silla del abad, ornamentada con relieves del Nacimiento, de Gaspar Ginés. El trascoro (siglo XVIII) recoge obras procedentes de la desaparecida iglesia de Heliche, entre las que se encuentra una pintura de la Virgen de las Carboneras del siglo XVII.