En la planta alta de la casa-Hermandad se encuentra la sala de exposición de enseres y objetos de culto. Inaugurada en 1978, fue ampliada y reformada en profundidad entre 1995 y 1996, dotándola de nuevas vitrinas de madera, revestimiento de paredes, solería e iluminación. En 2012, se han incorporado dos nuevas vitrinas y se han redistribuido los enseres siguiendo un criterio de relación con las Imágenes Titulares. Todo está distribuido en torno a dos grandes vitrinas centrales que dividen en dos la propia sala. A un lado se agrupan los enseres del Nazareno y del Cristo Yacente; al otro lado, los de la Virgen, que por las características especiales del paso, son más numerosos y ocupan la mayor parte del espacio expositivo.
En una de las grandes vitrinas centrales está el manto procesional de la Stma. Virgen, obra de Sobrinos de Esperanza Elena Caro (año 1993); lo flanquean dos grandes faroles de entrevaral, obra de José Jiménez de 1972. Junto a ellos encontramos, a un lado, la saya procesional de la Stma. Virgen, obra también de Caro, que utilizó la parte central de los bordados del manto anterior para su confección en 1994, y al otro una saya de camarín de color morado, bordada en Écija en el taller de Jesús Rosado en 2003, donada por nuestro Hermano Mayor Honorario, D. Pedro Delgado Seijo. Esta saya reproduce una anterior, de principios del siglo XIX. En la parte superior, se exponen las bocinas del paso de Jesús Nazareno, obra de Jiménez; los paños están bordados por Caro en 1998-2000 con el anagrama de Jesús Nazareno (JHS -Iesus Hominis Salvator-: Jesús Salvador del Hombre) en el centro.
En la otra gran vitrina están los varales del palio, obra de José Jiménez entre 1964 y 1966, siguiendo un diseño original de Cayetano González. En el centro se disponen las siguientes insignias: la bandera concepcionista, bordada por Guillermo Carrasquilla en 1949 , con asta labrada por Manuel Seco; el SENATUS, bordado sobre tisú color malva y que procedía de la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla; el banderín del III Centenario, bordado y donado por N.H. D. Julián Torres; el banderín de la Juventud, bordado en oro por Esperanza Elena Caro en 1985 y el banderín de la medalla de oro de la villa, conmemorativo de la concesión a la Hermandad de dicha distinción en 2001, bordado también por Caro y que se estrenó el 22 de septiembre de dicho año cuando la Duquesa de Alba impuso la medalla sobre el pecho de la Stma. Virgen de los Dolores. En la parte delantera va bordado en oro y sedas el escudo de la villa de Olivares, y el revés es la bandera de Olivares, amarilla y azul, bordada en sedas por el taller de Feliciano Foronda; esta bandera se izó por primera vez con motivo de esta celebración. En el centro, el estandarte corporativo, con escudo bordado por Carrasquilla en 1946 y pasado por Caro en 1985. Delante de las insignias y los varales se disponen cuatro faroles de entrevaral y seis jarras, obra de José Jiménez de 1970 a 1974.
En la ampliación hecha en 1995 y 1996 se construyó, a la izquierda de la entrada, una sala más pequeña con dos vitrinas. En una de ellas se encuentran los enseres del paso del Cristo Yacente y los candelabros de guardabrisas de Jesús Nazareno, obra de Cerquera de 1958, restaurados y dorados de nuevo por Manuel Calvo en 2003-2004. Sobre la pared están los respiraderos del paso del Cristo yacente, obra del taller de la Hermandad en 2004. También fueron los propios hermanos los que realizaron el tapiz situado a la derecha, que va bajo la urna procesional con el escudo ducal, dado que el Cristo estuvo siempre presidiendo el panteón ducal de la colegiata. Entre los candelabros se sitúan los cuatro grandes faroles dorados del paso del Stmo. Cristo Yacente, obra de Jiménez, que se estrenaron en 1982. En la vitrina de la derecha, de forma angular, se halla en la parte central la cruz de guía, realizada en madera con remates en plata de ley de Jiménez en 1999, reproduciendo la anterior; a ambos lados se exponen dos faroles (1.985), ocho ciriales (1989-1991) y un juego de varas, todo ello del mismo orfebre. Delante de las varas hay seis dalmáticas de terciopelo rojo con bordados de aplicación en estilo renacimiento, realizado por los propios hermanos entre 2004 y 2008. En la parte inferior de la vitrina se disponen cinco incensarios y dos navetas labrados en plata de ley por Jiménez en 1989 y 1990, y una naveta de Orfebrería Triana, de 2010.
En el ángulo izquierdo de la vitrina nos encontramos túnica procesional de Jesús Nazareno, obra anónima del siglo XVIII. Las potencias son obra de Jiménez en 1980. Sobre la túnica, la casaca del cirineo, realizada con bordados de una saya del la Virgen de principios del XIX. Al lado de la vitrina, se encuentra la imagen del cirineo, obra de Luís Álvarez Duarte en 1985.
Al fondo de la sala está la vitrina de la candelería, en la que aparecen los noventa y seis candeleros del paso de palio, obra de Jiménez en torno a 1973-1976. Preside esta vitrina el simpecado, bordado en 1984 por Caro, reutilizando el centro del palio anterior, en el que figuraba una inmaculada labrada en metal policromado. También se incluyen aquí una pequeña imagen exenta de la Inmaculada en plata con ráfaga que va en la delantera del paso y una imagen del Niño Jesús del siglo XVIII, A los pies del simpecado encontramos una pequeña réplica de Ntra. Sra. De los Dolores, obra de Luis Álvarez Duarte en 1975, que perteneció a D. Pedro Delgado Seijo y que fue donada a la Hermandad por sus herederos en 2011. Debajo de la imagen está situada la primera edición impresa de las primitivas reglas de la Hermandad, fechadas en 1712.
Junto a la vitrina de la candelería, se expone un gran dosel, de 4.90 metros de altura, bordado por los propios hermanos con técnicas de aplicación de tisú y telas de diversos colores, reproduciendo el dibujo y el tamaño del gran manifestador del Corpus de la Parroquia. En la realización del bordado se emplearon catorce meses de trabajo (unas 4.800 horas aproximadamente), se utilizaron 9500 metros de hilo de coser y 2700 metros de cordón de perfilar (en oro y en diversos colores), 4000 lentejuelas, seis metros de tisú de oro y siete metros y medio de telas de brocado; todo ello va sobre un soporte de veintiséis metros de terciopelo carmesí. El dosel se estrenó en el besamanos de 2007. Delante del dosel está emplazada la cruz de Jesús Nazareno, de cedro con cantoneras de plata labradas por Orfebrería Almagro en 2009 y reformada por Orfebrería Triana en 2010. Rodean la base de la cruz unos ángeles luciferarios de Manuel Cerquera, de 1958, que sirven de pedestal a la urna del Yacente. Junto al dosel está la primitiva imagen del cirineo, de tamaño menor que el natural, obra de Manuel García de Santiago en 1756, y que ya no se utiliza en el paso.
A la derecha de la puerta de entrada encontramos otra gran vitrina que contiene los mantos y sayas de camarín de la Stma. Virgen con sendas coronas y diademas o ráfagas. La distribución depende del momento litúrgico, pues siempre hay un conjunto que está luciendo la Sagrada Imagen y que, lógicamente, no está en la exposición. La relación completa es la siguiente: una corona labrada en metal dorado, realizada por Seco en 1947; otra de plata en su color, cincelada por Jiménez en 1982 ; la corona de salida de la Virgen, de estilo rococó antequerano, labrada en plata dorada por José Jiménez en 1995 y otra corona, que normalmente luce la Virgen en su altar, labrada en plata dorada por Juan Borrero, de orfebrería Triana, en 2005, reproduciendo fielmente la primera que tuvo la Imagen, del siglo XVIII, y que por desgracia se perdió en los años 40 del siglo XX. Posee además dos diademas o ráfagas, una plateada y otra dorada, de Seco y Jiménez, respectivamente.
En cuanto al ajuar bordado, encontramos un manto y saya, de color rojo Burdeos, bordado el primero por Rosario Bernardino en 2004, reproduciendo fielmente un antiguo manto que Patrocinio López bordó para la Virgen en 1859; en la saya fueron recuperados y pasados esos antiguos bordados por el taller de Caro en 2000 ; un manto negro con dibujo geométrico de estilo romántico, bordado por Águeda Verdugo en 2001 y una saya, de tisú de plata, diseñada por el ceramista Paco Franco Pérez y estrenada en 1987, con motivo de la celebración del 275 aniversario fundacional; un manto color morado, realizado con los bordados del antiguo manto de salida, pasado a nuevo terciopelo por Caro en 1994; la saya, en terciopelo negro, era la que se utilizaba para la salida procesional antes de 1994 y data de principios del siglo XX; un manto bordado sobre terciopelo azul, de estilo neomudéjar, del taller de Caro en 2002; la saya, de color morado, fue bordada en el mismo taller en 1985 y fue costeada por el grupo joven de la Hermandad; un conjunto de manto y saya de color grana, con bordados del siglo XVIII que fueron donados por D. Millán Delgado en 1968.
En las vitrinas realizadas en la ampliación de 2012 se exponen el palio y los respiraderos el paso de la Stma. Virgen. En el ángulo izquierdo aparece el techo de palio, estrenado en 2023 y bordado por Pepi Maya, se asemeja en su estructura a un artesonado, cuyas divisiones se corresponden con las que marcan la separación de los varales y las bambalinas. La gloria del centro aparece rodeada de casetones en los que figuran motivos florales, puesto que con esta pieza se quiere transmitir la idea de que se trata de un techo de flores que cobija a la Flor de las flores. Especial mención requiere la gloria, presidida por la Virgen del Álamo, antigua patrona de Olivares. Esta imagen aparece sobre un gran álamo, cuyas hojas llenan todo el espacio y que parte de un paisaje propio del Aljarafe sevillano: con campos de olivos, un venero de agua, lirios y flores silvestres. Dada la complejidad en su realización, fue lo primero que se bordó en noviembre de 2019. Los rostros de la Virgen del Álamo y del Niño son de marfil, tallados por el imaginero miniaturista Carlos Valle. Las coronas y el cetro han sido cincelados en plata de ley en los talleres de Villarreal. En el centro, se sitúan los respiraderos del paso de palio, estrenados en 2007, con bordados de Sobrinos de Esperanza Elena Caro y soporte de plata de orfebrería Triana. La pieza se compone de trece paños bordados sobre terciopelo y malla de oro, enmarcados por ménsulas o colgantes de plata que parten de un baquetón del mismo metal. La parte inferior de cada paño se monta sobre malla de bolillo y la parte superior sobre terciopelo granate. La malla estás enmarcada en la parte inferior por riscos a modo de galón con filo de cartulina, y en la parte superior por dos quimeras o cabezas de león, piezas tejidas de «muestra» con filo de hojilla, rematadas con pieza escamada y recogido todo el conjunto con lazos de milané azul. En el centro de cada paño se sitúa una cartela, siete de las cuales van bordadas en seda, representando los siete dolores de la Virgen, y los seis restantes entonan la primera estrofa del Stabat Mater (STABAT MATER DOLOROSA IUXTA CRUCEM LACRIMOSA). En el bordado de estos respiraderos se han usado las técnicas más nobles y difíciles del oficio: las miniaturas en seda, los lazos de milané, las paredillas, cartulinas montadas, etc. Debajo de los respiraderos está la mesa de representación de la Hermandad y, sobre ella, un crucifijo en terracota del siglo XIX, flanqueado por dos faroles en plata de forma piramidal que van sobre las ménsulas delanteras de los respiraderos, labrados por orfebrería Triana en 2008.
A ambos lados de los respiraderos están situadas las nuevas caídas o bambalinas del palio, obra del taller de Caro de 2010- 2012, y fueron diseñadas, como los respiraderos, por Luis Becerra Vázquez. Junto a las caídas están las bocinas del paso de la Stma. Virgen, del mismo orfebre y bordador que las del Nazareno, pero con paño bordado sobre terciopelo negro con un corazón con las siete espadas.